Chupetas gigantes y luces parpadeantes adornan los pasillos del Servicio de Pediatría iluminándose con las caritas de quienes esperan a los Payasos de Hospital… Me siento muy alegre en compañía de Papelon, con el debut de Limón quien bien tempranito se vistió y arregló su bolsito lleno de fantasías para jugar con los nuevos amiguitos… Al principio un poquito difícil ya que una pareja de jóvenes a quienes la vida le ha dejado huellas en su cara y en su cuerpo, no encontraban la risa pero una improvisada canción ayudo un poco a cambiar la situación; luego un amigo con su silla mágica dejó su habitación para acompañarnos al recorrido y sin dejarse esperar apareció Limon causando mucha sensación… Una maraca que calma llanto, un inflador que llena el corazón y una canción que hace mover el tacón, es la gracia de repartir chispitas por donde vamos caminando… De repente no fue necesario tocar la puerta ya que estaba abierta para nosotros: -¡Vengan, vengan!, grito Salomón, un niño de 70 años, quien con lágrimas de emoción aplaudía la presencia de tan hermosa compañía, Kitty Pink, Tico Estrellado, Papelon con Limón, Radio Feliz, Pekys, Yochichoyfeliz, Pumba Matata, Vueltereta, Jajaja, Sagi y Lavy en esta inesperada visita, besos de sus ojos salían… Ya con la maleta cargada de bendiciones, a Emergencias caminamos por montones, en el Tren de la Alegría, encontrando a unos amigos que el tiempo devolvía - (de la cuchilla de Agua Fría del Guaramacal) unos cuantos kilómetros de distancia tuvieron que recorrer y en medio de sus dolencias mi amiguito sonreía al ver mis grandes lentes y mi nariz torcida; una pizarra mágica y un par de raquetas me prestó una pequeña niña que en su mágico mundo me dejo entrar para así invitarme a jugar… Zapatico zapatico, que lindo zapatico gracias por este día donde logré hacer muchos amiguitos.
Diez, diez son los deditos de los pies, que me hacen caminar de puerta en puerta, de piso en piso del Hospital, para brindar compañía y repartir alegría… con una fiesta en corazón se inició esta visita que me acredita junto a Kitty Pink de la colorida y mágica BATA Dr Yaso cuyos bolsillos están repletos de juegos que saltan por sí solos para divertir a niños y grandes en una aventura sin fin...traviesas mariposas jugaban con Enmanuel y una valvulita indicaba que todo saldría bien…un caminito de burbujas que motivan el andar ayudo a otra amiguita a salir de la habitación sostenida de dos manitas, irradiando mucho amor…en el pasillo encontré una linda Doctora y sorprendida quedó creyendo que yo era adivinadora, pues su nombre mencioné con mucha facilidad y hasta su apellido le dije por familiaridad pues le conocí cuando era una niña y sobre mis cuadernos escribía, carcajadas por doquier salían de sus mejillas las que se derritieron como la mantequilla…
entre aplausos y palmadas de nuestros compañeros Yasos hoy estamos ya graduadas, dos voluntarias que entre risas solo desean cambiar la tristeza en alegría. 
